Fotofosforilación acíclica
Este proceso permite la formación de ATP y la reducción de NADP+ a NADPH
+ H+, y necesita de la energía de la luz, como ya se ha dicho. Se
realiza gracias a los llamados fotosistemas, que se encuentran en la
membrana de los tilacoides (en los cloroplastos). Estos están formados
por dos partes:
- Antena, donde se agrupan los pigmentos antena,
junto con proteínas, y cuya función es captar la energía de los fotones
para transmitirla al pigmento diana; y el centro de reacción. Este está
formado por proteínas y por pigmentos, encontrándose en él el llamado
pigmento diana, que es aquel que recibe la energía de excitación de la
antena, energía que sirve para excitar y liberar electrones. Aquí
también se encuentra el primer dador de electrones, que repone los
electrones al pigmento diana.
- Primer aceptor, que recibe los electrones liberados.
Hay dos tipos de fotosistemas:
- Fotosistema I, que se encuentra sobre todo en los tilacoides de estroma, y cuyo pigmento diana es la clorofila P700.
- Fotosistema II, que se encuentra sobre todo en los grana y cuyo pigmento diana es la clorofila P680.
El
proceso de la fase luminosa, supuesto para dos electrones, es el
siguiente: Los fotones inciden sobre el fotosistema II, excitando y
liberando dos electrones, que pasan al primer aceptor de electrones, la
feofitina. Los electrones los repone el primer dador de electrones, el
dador Z, con los electrones procedentes de la fotólisis del agua en el
interior del tilacoide (la molécula de agua se divide en 2H+ + 2e- +
1/2O2). Los protones de la fotólisis se acumulan en el interior del
tilacoide, y el oxígeno es liberado.
Los electrones pasan a una
cadena de transporte de electrones, que invertirá su energía liberada en
la síntesis de ATP. ¿Cómo? La teoría quimioosmótica nos lo explica de
la siguiente manera: los electrones son cedidos a las plastoquinonas,
las cuales captan también dos protones del estroma. Los electrones y los
protones pasan al complejo de citocromos bf, que bombea los protones al
interior del tilacoide. Se consigue así una gran concentración de
protones en el tilacoide (entre éstos y los resultantes de la fotólisis
del agua), que se compensa regresando al estroma a través de las
proteínas ATP-sintasas, que invierten la energía del paso de los
protones en sintetizar ATP. La síntesis de ATP en la fase fotoquímica se
denomina fotofosforilación.
Los electrones de los citocromos pasan a
la plastocianina, que los cede a su vez al fotosistema I. Con la
energía de la luz, los electrones son de nuevo liberados y captados por
el aceptor A0. De ahí pasan a través de una serie de filoquinonas hasta
llegar a la ferredoxina. Ésta molécula los cede a la enzima
NADP+-reductasa, que capta también dos protones del estroma. Con los dos
protones y los dos electrones, reduce un NADP+ en NADPH + H+. El
balance final es: por cada molécula de agua (y por cada cuatro fotones)
se forman media molécula de oxígeno, 1,3 moléculas de ATP, y un NADPH +
H+.
Fase luminosa cíclica
En la fase luminosa o fotoquímica cíclica
interviene de forma exclusiva el fotosistema I, generándose un flujo o
ciclo de electrones que en cada vuelta da lugar a síntesis de ATP. Al no
intervenir el fotosistema II, no hay fotólisis del agua y, por ende, no
se produce la reducción del NADP+ ni se desprende oxígeno. Únicamente
se obtiene ATP.
El objetivo que tiene la fase cíclica tratada es el
de subsanar el déficit de ATP obtenido en la fase acíclica para poder
afrontar la fase oscura posterior. Cuando se ilumina con luz de
longitud de onda superior a 680 nm (lo que se llama rojo lejano) sólo se
produce el proceso cíclico. Al incidir los fotones sobre el fotosistema
I, la clorofila P700 libera los electrones que llegan a la ferredoxina,
la cual los cede a un citocromo b6 y éste a la plastoquinona (PH), que
capta dos protones y pasa a (PQH2). La plastoquinona reducida cede los
dos electrones al citocromo f e introduce
Tiene lugar al mismo tiempo
que la acíclica. En ella sólo interviene el fotosistema I. Los
electrones liberados, después de llegar a la ferredoxina, pasan a las
plastoquinonas, y siguen la cadena de transporte de electrones hasta
regresar a la plastocianina y al fotosistema I. Por tanto, se genera ATP
pero no NADPH. Sirve para compensar el hecho de que en la
fotofosforilación acíclica no se genera suficiente ATP para la fase
oscura.
La endosimbiosis es
una asociación estrecha entre especies, en la que los individuos de una
residen dentro de las células de la otra. Algunos orgánulos de las
células eucariotas (células con núcleo), como las mitocondrias y los
plastos (cloroplastos), proceden de su simbiosis inicial con ciertas
bacterias. Etimológicamente el término podría usarse para designar a
cualquier simbionte que residiera en el interior del cuerpo de otro ser
vivo, pero para este último concepto debe usarse el término endosomático
(p.ej. simbionte endosomático). Éste es el caso, por ejemplo, de muchas
de las bacterias que forman parte de la microbiota intestinal. Los
orgánulos de origen endosimbiótico aparecen muy transformados, pero
conservan un genoma propio y se multiplican autónomamente, revelando su
origen como organismos distintos.
Gracias a la endosimbiosis los
organismos eucarióticos disfrutan de la capacidad de realizar procesos
metabólicos que evolucionaron originalmente en bacterias. Es el caso de
la respiración, de la que se ocupan las mitocondrias, la fotosíntesis, a
cargo de los plastos o la fijación biológica de nitrógeno, realizada
por bacterias, a menudo intracelulares, en las raíces de ciertas
plantas. En 1971 Lynn Margulis propuso la teoría de la endosimbiosis
en serie, que explica la aparición de la célula eucariótica por
asimilación simbiótica de varias bacterias con habilidades
diferenciadas.
Fuente: Karp, E. (2006). Biología Celular y Molecular. Cuarta Edición . Mc Graw Mill.