La luz viaja en paquetes de energía llamados fotones, que pueden
considerarse "partículas" de luz. El contenido de energía de un fotón
depende de la longitud de onda de la luz. La absorción de la luz es el primer
paso en cualquier proceso químico. Cuando una molécula absorbe un fotón, su electrón
se vuelve lo bastante energético para trasladase de un orbital interno a uno
externo. Se dice que la molécula cambio del estado de tierra la estado
excitado. Como el primero de orbitales en los que un electrón puede existir es
ilimitado y cada orbital tiene un nivel específico de energía, se deduce que
cualquier átomo o molécula pueda absorber solo ciertas longitudes de onda específica.
La clorofila es el pigmento fotosintético absorbente de luz más importante.
Si el electrón de una molécula de clorofila excitada regresa al orbital
inferior, la energía que había absorbido debe liberarse. Si la energía se
libera en forma de calor o luz, la clorofila regreso al estado de tierra
original y la energía del fotón no se utilizo. Por otro lado, los electrones
excitados de las moléculas de clorofila se transfieren a los receptores de
electrones dentro de las membranas del cloroplasto antes de tener la
oportunidad de regresar a orbitales de menor energía. Por tanto los
cloroplastos son capaces de aprovechar la energía absorbida antes que se disipe.
Fuente: Karp, E. (2006). Biología Celular y Molecular. Cuarta Edición . Mc Graw Mill.
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